
¿Quién soy?

Soy Patricia Schebsdat-Sciuto. Nací en Perú en 1973 y allí di clases de cocina, hice catering y fui profesora de yoga. Desde mi juventud me interesé por la sanación. Mi enfoque inicial fue la psicología y la herbolaria, luego comencé a estudiar farmacología y bioquímica. Pero en mi interior buscaba algo más profundo. También estaba muy interesada -y aún lo estoy- en culturas antiguas como la de los incas y los mayas, lo que me llevó a tener profundas experiencias espirituales en lugares sagrados de ambas culturas y a cambiar mi experiencia de la vida. Vivo en Suiza desde 2004. Estoy casada y tengo un hijo y esta es mi historia...
Quedé embarazada con 37 años y, aunque estaba sana, fue considerado un embarazo de alto riesgo. Tener 35 años o más aumentaba el riesgo de diversas complicaciones en el embarazo que podían afectarme a mí, al feto o a ambos. Tenía también miedo de volver a perder a mi bebé (tuve una pérdida un año y medio antes de volver a quedarme embarazada) Me sentía ansiosa y asustada. El embarazo no fue tan difícil pero las pruebas y las decisiones no fueron fáciles, fue abrumador. También tuve náuseas y congestión; no podía dormir bien además de sentirme como en una montaña rusa de emociones. Estaba decidida a dar a luz en un centro de partos, pero cuando se rompió la fuente, las contracciones nunca llegaron y ya llevaba dos semanas de retraso, tuve que ir al hospital donde me indujeron el parto y di a luz tras 16 horas de un trabajo de parto tremendamente doloroso y agotador. No se cumplió ninguna de mis expectativas de un parto maravilloso. Estaba triste, agotada, agobiada y asustada, siendo responsable de una nueva vida sin tener casi ninguna idea sobre la crianza o el cuidado del bebé. Además, el agotamiento de las primeras semanas y mi perfeccionismo fueron una combinación difícil. Estaba estresada con la lactancia, la falta de sueño y todos los detalles del mantenimiento de la casa, intentando hacerlo todo perfecto y sintiéndome culpable por no hacerlo todo bien. ¿He dicho que estaba estresada? ¿Te resulta familiar?
Mi hijo creció, pasó rápido. Y no siempre fue fácil pasar por todas las etapas por las que pasan los niños mientras crecen. Saben cómo provocarnos y eso solía ser todo un reto. Fui a varios cursos y clases para aprender a ser mejor madre, pero no fue fácil poner en práctica lo aprendido. Se dice que nuestros hijos funcionan como nuestros espejos, que nos reflejan lo que necesitamos ver para sanar las heridas de nuestra infancia. A veces es fácil reconocerlas, pero no siempre es fácil sanarlas sin apoyo ni herramientas.
Pero entonces descubrí el EFT Tapping mientras intentaba superar el miedo a conducir. Como me ayudó de forma tan sencilla y rápida, decidí probarlo para todos los aspectos de mi vida. Empecé a utilizar el Tapping cada vez que me sentía agredida o enfadada. Fui capaz de centrarme y responder a las circunstancias de una manera diferente y a lo largo del proceso aprendí a amarme a mí misma. Mi vida no es perfecta y sigue habiendo desafíos, pero ahora me siento segura y es más fácil recuperarme más rápido.
Mi situación y la relación con mi hijo cambiaron tan radicalmente que decidí obtener la certificación en EFT Clínico y Psicología Energética y poder apoyar a otras mamás, para que no tuvieran que pasar por lo que yo pasé. Ahora sé que mucha de la angustia, el dolor, el miedo, la ansiedad, la frustración, el agobio, el dolor físico y el malestar habrían sido mucho más fáciles de manejar si hubiera tenido el apoyo y las herramientas adecuadas, como las que tengo ahora. Podría haber tenido un mejor embarazo, quizá un mejor parto y habría podido disfrutar más de los primeros años con mi hijo. No puedo volver atrás y hacer las cosas de otra manera, pero pude sanar un parto traumático y sigo creciendo y aprendiendo de mí misma a través de la relación con mi hijo. Y es por eso que decidí aplicar lo que aprendí en ambas certificaciones en trabajar con mujeres en todas las etapas de ser madres para que se sientan más fuertes, centradas, relajadas y puedan tener mejores relaciones con sus esposos e hijos y aprendan a amarse a sí mismas.

"No soy lo que me ha pasado. Soy en lo que elijo convertirme."
CG Jung